El show de Terrence y Malcolm. Primera velada. Urano y Gea.

Dos hombres,

dos sillas,

una mesa,

un concepto,

dos puntos de vista.

¡Desenfunden las palabras!

···

—Hola a todos. Mi nombre es Terrence. Bienvenidos a mi salón.

Terrence procede a engomar su hirsuto bigote, mirándose en un espejo de mano.

—Estoy esperando a Malcolm. Su casa está hecha un desastre. Goteras, dice que tiene. Será posible. No es nada propio de un gentleman de su categoría. Hoy dijo que traería una noticia muy curiosa que haría las delicias de nuestro debate. Os pongo en situación. Malcolm y yo discutimos. Sobre todo. Pocas veces estamos de acuerdo y, en tal caso, uno de los dos finge una postura opuesta para así abarcar otro punto de vista y ampliar nuestra empatía y nuestros conocimientos. Me parece que hoy la cosa tratará del espacio. Yo soy más de letras, pero qué se le va a hacer. Leí a Asimov y a Clarke. Todavía recuerdo esa extraña sensación que me recorría el cuerpo mientras me adentraba en Rama. Qué fértil imaginación. Qué sitio tan muerto y a la vez misterioso.

—¿Qué me dices del mar de Solaris?

Toc, toc.

Terrence dio un respingo.

—¡Maldito, me erizaste el bigote recién engomado! No te esperaba tan pronto.

Malcolm entró en el salón.

—Fuera llueve a cántaros. Menos mal que Howard fue tan amable de acompañarme hasta la puerta con un paraguas.

—Ese mar es una delicia. Menudo Stanislaw Lem. Crea una masa de agua aterrada por la fuerza gravitatoria de dos soles, tan imperiosa es su necesidad de sobrevivir que no desarrolla un caldo de cultivo para la vida. Se vuelve un aprendiz del cosmos y trata de dominar el planeta sobre el que se recuesta.

—Hoy te traigo un astro muy extraño, también —siguió Malcolm, tomando asiento y calentándose las manos.

—¿De qué se trata?

—¿Te suena el telescopio espacial Kepler?

—Estudia exoplanetas, ¿no es así?

—En efecto. Monitoriza el brillo que nos llega de las estrellas y, cuando hay variaciones en su intensidad, revela el tránsito de astros que las orbitan y pasan por delante, obstaculizando a los rayos de luz. Así sabemos que hay planetas girando a su alrededor.

—Todo eso lo sabía, amigo, pero, ¿qué hay de fenomenal?

—Que hace poco han medido una bajada del veinte por ciento en el brillo de una estrella en la constelación de Cygnus —dijo con los ojos echando chispas de emoción.

—Presiento que es mucho.

—Si Júpiter pasara delante de esa estrella bajaría su brillo un uno por ciento. Hablamos de algo inmenso, capaz de opacar gran cantidad de luz.

—¿Freeman Dyson?

—Veo que por ahora jugamos en la misma liga —siguió Malcolm sonriente—. Como bien sabes, el brillante físico Dyson ideó una hipotética forma de abastecimiento de energía para civilizaciones alienígenas muy avanzadas. La esfera Dyson.

Terrence se recolocó en su asiento, regocijándose por su capacidad intuitiva.

—¿Y bien? ¿Hay una civilización allí, que ha construido una megaestructura que engloba a su estrella y opaca la luz que de ella nos llega? ¿Le succionan el kaa(1)?

—Amigo, no estamos en el Valle de los Reyes.

—Pamplinas. Seguro que tiene otra explicación. Un disco planetario, escombros de un astro en formación o descomposición, cinturones de asteroides, polvo estelar. Hay tantas cosas que pueden ensombrecer el brillo de una estrella…

—¿No te parece bello que haya seres conscientes con inquietudes y hayan podido domar a las estrellas? Imagina, Terrence, una bola de gas ardiente en genuflexión, postrada ante los seres pensantes. Enclaustrada, dándoles toda su energía. Sin que se desperdicie ni gota.

—Las estrellas tienen muchas cosas. Manchas solares, protuberancias, pero, ¿rodillas?

—Vamos, es una licencia estética. ¿Te has engomado el bigote? —siguió Malcolm asombrado por las pintas de su compañero.

—¿También crees que las pirámides de Gizeh fueron reactores nucleares?

—¿No te gustaría que el ser humano llegase a doblegar a las estrellas? ¿A qué seremos capaces de llegar?

—A ti te fascina Urano. Todo el rato mirando arriba, Malcolm. Yo estoy del lado de Gea. Tenemos que cuidar la canica en la que aterrizaron nuestros huesos al nacer.

—El estudio del espacio exterior nos permitirá posarnos en incontables canicas. No habrá que preocuparse tanto de la salud de una en particular.

—¿Y mientras destinamos todo el presupuesto de las naciones a la exploración espacial, nos seguimos muriendo de hambre? Dejemos que el coeficiente Gini(2) siga disparándose aquí y allá. Permitamos que con el calentamiento global el permafrost(3) se derrita y libere todo el dióxido de carbono que captura, creando un círculo vicioso, aumentando más aún el efecto invernadero. Para entonces no necesitaremos cohetes Arianne, Malcolm. Sino escafandras. Y buenas aduanas para tramitar migraciones masivas de las costas al interior. Una catástrofe climática y social. Si eso no se ataja nadie podrá pisar otras canicas y romperemos la nuestra.

—La exploración espacial siempre es rentable. La medicina avanza con cada estancia humana en órbita. La comprensión de la materia. Estamos hechos para salir de aquí, Terrence. «Cuánto espacio desaprovechado», decía Jodie Foster en Contact. En el sentido de no estar habitado por otros seres. Yo lo digo en el sentido de lo capaces que somos de llenarlo nosotros los hombres.

—Las personas subestimamos el tamaño del cosmos y nuestra ignorancia del espacio-tiempo a la hora de querer domarlo, viajarlo, doblarlo.

—¡Por eso mismo hay que invertir! Si conocemos los entresijos de la materia, por ejemplo, en el CERN(4), lograremos maravillas. Abriremos agujeros de gusano, visitaremos otras galaxias en poco tiempo. ¿Qué me dices de las velas solares? ¿O la propulsión iónica? Nos permitirían viajar a velocidades infinitamente superiores a las de los cohetes. Todo su estudio se pierde si nos volcamos demasiado en la Tierra. Tal vez haya sitios que no necesiten ser terraformados. O, sin ir tan lejos, ¡levantemos colonias en las lunas de Júpiter, o ciudades que orbiten planetas, como en Zone of the Enders(5)!. No seamos esclavos de lugares moribundos. Tenemos el potencial de encontrar sitios sanos a cada rato.

—El ser humano necesita dominar primero su ética y su compromiso con el medio ambiente, Malcolm. Si no, repetiremos siempre el error y nos odiaremos; lastraremos cada fallo subidos a un arca de Noe cósmica, yendo hacia el siguiente lugar que destrozaremos. Sociedades fallidas. Especie fallida. ¿Quieres eso?

—Seremos una especie fallida si no nos movemos y dejamos que la polución o el Sol nos engullan.

—¿Conoces el jainismo, Malcolm?

—Una de las religiones de La India, sí. ¿Qué ocurre Terrence?

—Las esferas Dyson no son progreso, amigo. Ni las velas solares ni los agujeros de gusano. Progreso es sentirnos parte de un todo. Los jaines portan escobillas con las que barren delicadamente el aire que respiran y el suelo que pisan para no matar organismos. Se lo debemos todo a la naturaleza. Mira la teoría endosimbiótica de Lynn Margulis. Las mitocondrias de tus células eran seres vivos individuales. Entraron en simbiosis con otros seres mayores buscando protección. Y esos seres se beneficiaron de la gran cantidad de energía que producen las mitocondrias. Siguiendo la selección natural de nuestro amigo Darwin, fue una comunión muy positiva que les hizo perdurar y dejar legado, descendencia, hasta las células complejas que nos forman hoy. Somos colonias. No somos Terrence y Malcolm. Somos células con orgánulos dentro y bacterias fuera de las células, todos comunicándose. ¿Quieres renunciar al equilibrio ecológico de esos sistemas? ¿A la homeostasis(6)? Démosle la espalda al motor que ha regido la vida. Dejemos de cuidar nuestra relación con la naturaleza. Fomentemos al hombre voraz comedor de estrellas. Extendámonos como meras amebas comecerebros.

—Tal vez estemos hechos para trascender a la naturaleza, Terrence.

—O tal vez para rendirle mayor respeto que ninguna otra especie, gracias a nuestra inteligencia, Malcolm—. ¿Quieres un té?

—Sin duda, amigo.

Glosario

1.El kaa es un término usado en el Antiguo Egipto para designar la energía vital.
2.El coeficiente Gini es un índice que mide las desigualdades económicas y sociales dentro de un país dado.
3.El permafrost es la capa de suelo que permanece congelado todo el año en altas latitudes. Almacena grandes cantidades de gases de efecto invernadero.
4.El CERN es la Organización Europea para la Investigación Nuclear.
5.Zone of the Enders es una saga de videojuegos que se desarrolla en varias colonias espaciales en el futuro cercano.
6.La homeostasis es un término amplio que define la capacidad de un sistema para autorregularse, manteniendo en equilibrio todas las partes que lo componen.

El show de Terrence y Malcolm. Primera velada. Urano y Gea.